domingo, 28 de octubre de 2018

los pájaros que ayer liberé


Bien temprano, bien dormido
me incorporé casi inmediatamente, 
la bala, aunque pasó cerca, 
no logró conmoverme.  
Pensando en la paz que me daba
Darte la mano
Darte los días
Darte los sueños 

Durante la tarde, cuando bajaba el sol,
una última bala entró.
A través de un espejo de palabras muertas,
que dolían como vivas,
que ardían recientes,
que quemaban eternas.
Que no eran disparos,
que eran espadas,
Entrando y saliendo
Pudriendo mi carne,
Que brillaban exactas.
Que llegaban hasta mis huesos.
Que mostraban las jaulas
que tengo en la mente,
Que abría caminos,
que el sol incendiaba
y quemaba los pájaros 
que ayer liberé.
Que hablaban de vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario